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¿Cómo regular tu mundo emocional? Sigue leyendo!

La sociedad ha creado una forma de relacionarnos desde la razón, restando importancia a las emociones y es más llegando a verlas como negativas, inútiles, inadecuadas o poco productivas, es evidente que vivimos en una sociedad de consumo, en donde se valora la eficacia y la productividad pero te has preguntado alguna vez ¿Para qué sirven las emociones? ¿Cuál es su función?

El niño hasta los 6 años aproximadamente, vive en el mundo emocional y se mueve por lo que siente, después comenzamos a desarrollar la razón y la lógica pero en ningún momento desaparece nuestro mundo emocional, de aquí la importancia de aprender y comprender lo que sentimos para evitar así problemas en el futuro de salud mental o incluso enfermedades, ya que podemos somatizar, todo aquello que escondemos o reprimimos.

En ocasiones he llegado a sentir que lo que hacía no era suficiente, un dolor en el alma que te lleva al vacio del alma. Algo muy común en una sociedad que nos enseña que nunca es suficiente.  Os quiero compartir ahora un artículo del New York Time que explica de forma muy sencilla, qué es el vacío del alma y como sanarlo.

¿Has pensado alguna vez cómo sería si te diera igual la opinión de los demás sobre ti?

Si eres de los que en algún momento sientes nerviosismo ante situaciones en las que te pueden rechazar no estás tan solo.

Antes de que sigas leyendo el artículo te dejo el vídeo de esta semana del espacio Mindful de mi canal de Youtube, dónde podrás disfrutar de una visualización/relajación sobre lo comentado aquí. Espero que os guste.

Las distracciones se hacen más fuertes y poderosas cuando entramos en ciclos de pensamientos negativos y generamos una inercia que afecta sobre todo a los filtros que utilizamos para procesar la información. Cuando hemos vivido experiencias muy negativas, nos dejan huellas que nos llevan a caer en pensamientos derrotistas o negativos. La buena noticia es que si decides no alimentarlos, ni retenerlos o incluso dejar de perseguirlos disminuye su intensidad y se fortalece tu voluntad y tu capacidad de resiliencia. Por eso si estás dispuesto a dejarlos ir y tomar las riendas de tu vida, sigue leyendo.