Las distracciones se hacen más fuertes y poderosas cuando entramos en ciclos de pensamientos negativos y generamos una inercia que afecta sobre todo a los filtros que utilizamos para procesar la información.

Cuando hemos vivido experiencias muy negativas, nos dejan huellas que nos llevan a caer en pensamientos derrotistas o negativos. La buena noticia es que si decides no alimentarlos, ni retenerlos o incluso dejar de perseguirlos disminuye su intensidad y se fortalece tu voluntad y tu capacidad de resiliencia. Por eso si estás dispuesto a dejarlos ir y tomar las riendas de tu vida, sigue leyendo.

Los pensamientos negativos forman las paredes de tu propia cárcel, una cárcel que creas dentro de ti mismo. Si deseas liberar la prisión es tan simple como cambiar tu manera de pensar. La teoría es muy fácil pero como la aplicas es especialmente para la mente que desea aferrarse a ellos un poco más complicado desde su visión encarcelada y pequeñita de que las cosas no cambian y que a veces, especialmente cuando te sientes encarcelado en esos pensamientos catastrofistas, puedes tener la sensación de que nunca será diferente.

1. Comprender

 ¿Para que utiliza la mente este mecanismo? Pues bien lo hace por una necesidad de supervivencia y excesiva protección. ¿Te imaginas a tu madre detrás de ti todo el tiempo diciéndote todo lo malo que te puede suceder si haces esto, o lo otro? Pues es exactamente así como funciona la mente. Cuando te has puesto en peligro o algo ha salido mal y terminaste dañado, busca todas las medidas para recordártelo como si todos los días te pudiera pasar lo mismo.

2. Observar

Cuando lo miramos desde el observador y te alejas un poco de tus pensamientos negativos, puedes darte cuenta de que las probabilidades de que todo eso paso puede que sean de 1 entre 1.000.000 y si respiras y reflexionas un poco, ¿te das cuenta de toda la energía y tiempo que estás perdiendo dándole vuelta a algo que casi seguro nunca suceda?

También puedes pensar que son como nubes. Los observas pero no los juzgas, de esta forma, no te implicas emocionalmente y no te activas fisiológicamente. Estableces la distancia entre tú y el pensamiento y caes en la cuenta que no eres tu pensamiento. La técnica del mindfulness es muy beneficiosa para entrenar esta observación.

Darte cuenta de esto es el segundo paso para la liberación.

3. Replantea cualquier cuestión a la que le estés dando vueltas

Las rumiaciones son patrones de pensamiento excesivo. Cuando rumiamos una idea lo hacemos convencidos de que podremos solucionar algo solo por estar más en ello. Algo que, por lo general, es inútil. Debes de despejar lo que has creado en tu mente antes de buscar la solución. Puede ser que al final te des cuenta de que no hay ningún problema, excepto el que habías creado tú mismo.

Cuando observas lo que piensas sin juzgarlo, dejas de implicarte en ello y paras todas las diferentes películas que tu mente pueda crear hasta el punto de arrastrarte a un estado profundo de tristeza sin que haya nada que esté sucediendo en el momento presente.

4. Mueve tu cuerpo

Si te encuentras atrapado en un pensamiento negativo, comienza a mover tu cuerpo, corre, camina deprisa, baila, haz yoga. No te pares a pensar, simplemente deja que tu cuerpo tome las riendas y lleve la mente a otra parte.

5. Di STOP a los disparadores de pensamientos negativos

Esos disparadores son las noticias negativas, la compañía de ciertas personas que no te valoran ni te aprecian, una lectura nada agradable o una canción muy depresiva. En cuanto descubras los estímulos que desencadenan los pensamientos negativos, di STOP y enfoca tu atención en otra dirección.

6. Busca gente positiva y experiencias agradables

Si las personas que te rodean son positivas, será mucho más fácil mantener tu enfoque allí. Te harás más fuerte y si aparecer un disparador de pensamiento negativo te será mucho más fácil desactivarlo y reconocerlo sin identificarte con ello. Así que busca aquello que te aporte bienestar y salud.

7. Cambia tus pensamientos y frases negativas por afirmaciones positivas

Si tu pensamiento negativo es un hábito aprendido, es importante que escribas tus frases en un papel, en la nevera, en tu mesa de despacho o en otros lugares que te ayuden a cambiar la programación negativa en una más positiva.

8. Nadie es perfecto

Recuerda que los fracasos son simplemente momentos en la vida donde nos equivocamos de dirección y que nos sirven para aprender por donde queremos ir y en qué dirección no queremos volver. Así que no estropees tu viaje preocupándote en exceso por no perderte o por no equivocarte, parte de la aventura son los errores y ellos te harán mejorar siempre y cuando no les des importancia y sigas tu viaje lo más ligero que puedas.

Para terminar, decirte que en muchas ocasiones verás que no puedes cambiar las circunstancias externas, ni el comportamiento o actitudes de los demás pero si puedes mejorar tus pensamientos y cuando lo haces la vida se vuelve un lugar mucho mejor.

 

 

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