Últimos Post

La rabia

IMAGEN 1

Conoce la Rabia y Aprende a Gestionarla

Las emociones son sanas y universales, nos ayudan a resolver problemas que todos sentimos en algún momento de nuestra vida. El enfado tiene la función de protegernos de aquello que es susceptible de hacernos daño, por eso si el enfado es adaptativo, diremos que enfadarse cuando la situación lo demanda, marca los límites necesarios con el mundo y con los demás y nos permite expresar nuestras necesidades y expectativas.

Al contrario, si estamos acostumbrados a guardar todo y aparentar que estamos bien, llegará un momento en el que tendremos tal cúmulo de enfado que acabaremos estallando y entonces surge la rabia.

Esto es algo que nos sucede a todos en alguna ocasión, pero se convierte en un problema cuando se convierte en nuestra forma de ser y estar en el mundo, ya que detrás de la rabia reside el miedo a mostrarnos como somos cada día. Cuando no tenemos miedo a mostrarnos tal y como somos, podemos expresar lo que necesitamos y también nos permitimos enfadarnos si alguien sobrepasa nuestros límites.

En verdad cuando no escuchamos nuestro interior y el enfado se va a acumulando en nuestro interior, somos una olla exprés, llena de molestias no comunicadas y demandas no desahogadas. Así, acabamos con ira, lo que hace que parezcamos agresivos y hostiles y las personas terminen por alejarse para protegerse de esa agresividad.

Seguramente, si te ves reflejado aquí, también pensarás que muchas veces esta rabia tiene toda su razón de ser y que son los demás los que no te respetan. La respuesta es que por supuesto tiene su razón de ser y bien expresada llegaría a buen puerto, pero cuando la rabia se muestra con fuerza, el mundo a tu alrededor desaparece.

Recuerda que detrás de la rabia hay miedo y que justo, es ese miedo lo que las personas sienten cuando la rabia se muestra.

La persona rabiosa, aunque imponga respeto, en el fondo son personas con mucho miedo.

Necesitan usar esa manera de expresarse para defenderse. Es un mecanismo de defensa para protegerse del sufrimiento y en muchas ocasiones esta coraza mantiene a las personas estables en su mundo. Esta defensa les aparta del sufrimiento emocional que podría ser tristeza, decepción, impotencia o cualquier otro.

¿Qué sufrimiento o padecimiento hay detrás de la rabia?

La respuesta suele ser el no ver cubiertas las necesidades, expectativas o demandas que necesitamos y esto da mucho miedo. No siempre la vida o los demás hacen las cosas como queremos y la realidad es que nadie puede controlar la conducta o el comportamiento del otro.

La verdad es que la vida no es siempre fácil y cómoda, y no siempre los demás actúan en nuestro beneficio.

Una de las razones por las que se activa la alarma del miedo en nuestro cerebro, es cuando interpretamos que estamos en situación de peligro y el miedo envía una señal al cuerpo para que lleve a cabo una respuesta de lucha y defienda al Yo. Por ejemplo: gritar, intimidar, romper cosas, insultar, etc.

Al responder así, esta defensa piensa que conseguirá que los demás se comporten de una forma que le haga sentir mejor, o que las cosas cambiarán y las circunstancias mejorarán a nuestro favor, pero nada más lejos de la realidad, lo que encontramos son más problemas: peleas familiares o con amigos, malestar estomacal, puede que comencemos a consumir drogas o alcohol para evadirnos, etc.

 

¿Cómo gestionar la rabia?

Es importante recordar que lo que necesitamos es eliminar la rabia y comenzar a reconocer cuáles son nuestras necesidades y nuestros límites, para así poder expresar a los demás lo que nos enfada y no acumular día a día todo aquello que nos hace sentir mal.

Enfadarse si es beneficioso y nos permite tener relaciones más sanas aparte de liberarnos emocionalmente.

 

Para gestionar la rabia tenemos que conocerla y comprender lo que nos ha sucedido.

Primer paso:

Aceptarla y querer sentirla

Ponerte en movimiento mientras dejas que vaya saliendo la rabia nos ayuda a dejarla salir y también al tiempo surgen los pensamientos que están asociados con ella. Puedes ir a correr, ir en bicicleta o realizar cualquier deporte que te guste, pero además deja que se exprese y escucha todos los pensamientos que surgen sin querer tomar ninguna acción al respecto.

Una vez aceptada, su intensidad comienza a disminuir.

Segundo Paso:

Hacernos preguntas:

¿Qué me estoy diciendo que me hace sentir esta rabia? ¿Cuál es mi exigencia? ¿Son realistas o irrealistas estas exigencias? ¿Pueden los demás hacer lo que desean o tienen que hacer lo que a mí me plazca?

Tercer Paso:

Cambia

Aunque queramos que algo suceda de una manera, realmente, puede que no suceda así. En este momento comenzamos a aceptar.

Cuarto Paso:

Descubre el miedo

Pregúntate que necesidad tienes que no se ha cubierto, como una necesidad de amor, de seguridad o relacionada con el trabajo, la familia o de cuando eras niño.

Escucha y comprende tu sufrimiento y date el cariño y la comprensión que quizás otros no te han dado.

Algunas necesidades, especialmente las que no se cubrieron de niños no pueden ser cubiertas ahora, pero si podemos darnos la seguridad de ser nosotros quienes nos vamos a proteger poniendo los límites necesarios en el momento, en lugar de acumular hasta que ya no podemos más.

 

Descubre más contenido en mis redes sociales, contenido nuevo todos los días.

 

 

 

>>> Post anterior

Post a Comment