Durante muchos años de formación he estado buscando las claves para aliviar el sufrimiento y vivir más plenamente con lo que somos y con lo que tenemos.

En el acompañamiento y en mi propia auto observación, me he dado cuenta que uno de los venenos más letales es al autocritica y el juicio que nos apartan del amor propio y el desarrollo de las fortalezas internas ante las adversidades e incluso nos llevan auto castigarnos por no haber conseguido los logros o las metas que nos habíamos planteado.

La autoestima se va desarrollando a través de los logros que conseguimos y eso hace que nos sintamos mejor y nos veamos mejor en el mundo, habiendo conseguido reconocimiento o un “lugar seguro”. ¿Pero qué sucede cuando las cosas no salen bien? ¿Qué sucede cuando te has equivocado, has perdido un trabajo u otras situaciones en las que te sientes inadecuado? Aquí es donde la autocompasión se convertirte en tu mejor amigo y te dará las herramientas para ser una persona feliz, amable y segura de ti misma.

 

El primer paso para ser autocompasivos es usar el mismo lenguaje comprensivo y un tono amable que nos de aliento, al igual que haríamos con un amigo que apreciamos.

Un mejor amigo es aquel que es capaz de hacerte reír con tal de verte feliz, el que sabe que estas mal aunque tengas dibujada una sonrisa, el que te quiere aun cuando estas insoportable, el que sabe lo que necesitas, el que te da los mejores consejos. ¿Qué te parece si desde hoy te conviertes en tu mejor amigo y abrazas todo lo que hay en ti?

Desde la sólida base de la compasión las personas se sienten más integradas, desisten de sus intentos de ser mejores, o más perfectos, es decir de “ser otros”

Las investigaciones demuestran que la autocompasión tiene un gran impacto en la salud física y va desde la respuesta inmune al estrés hasta la estabilización de la glucosa en diabéticos.

 

Utiliza esta meditación ahora para sentirte a salvo: Siéntate en un lugar seguro que te aporte paz. Visualiza a alguien que simbolice aceptación sin críticas, que desprenda sabiduría, fortaleza y paz. Puede ser alguien de tu pasado como una tía cariñosa, si estás sufriendo piensa en qué cosas cálidas y sabias te diría esa persona para consolarte.

Recuerda que autocompasión no tiene nada que ver con la pena. Pena significa “básicamente decirme pobrecita yo” es un estado mental en el que exagero lo que me ocurre, en el que me aíslo de los demás y siento que soy la única en el mundo que sufre.

 

La autocompasión tiene tres elementos:

1. Trata de ofrecernos comprensión y apoyo.

2. Nos hace darnos cuenta de que no estamos solos y hay otras personas que también sufren que no somos los únicos, que hay una experiencia humana común, humanidad compartida

3. Atención plena en lugar de sobre identificarme con lo que me sucede, lo observo y lo dejo ir sabiendo que eso también pasará.

 

Te dejo con un ejercicio práctico

 

Coloca tu mano con suavidad sobre tu corazón.

Haz una inspiración profunda y tranquilizadora y repite estas frases:

 

1. Este es un momento de sufrimiento
2. El sufrimiento es parte de la vida.
3. Que yo sepa ser amable conmigo mismo.
4. Esto duele
5. Todos sufrimos.
6. Que yo me acepte tal y como soy.
7. Que yo esté a salvo – Que me perdone – Que yo quede libre de sufrimiento.
8. Qué este a salvo. Qué tenga paz. Qué tenga salud. Que te vaya bien en la vida.
9. Que tú y yo estemos bien en la vida. Que me trate con cariño.