El duelo no es una patología, no es una enfermedad, es un proceso de adaptación a una nueva realidad, una realidad en la que el ser querido ya no está físicamente presente. Sin embargo, en ocasiones este proceso presenta dificultades y complicaciones, la persona en duelo no logra continuar adaptativamente con su vida, en estos casos es necesario solicitar ayuda profesional.

Solicita esta ayuda si observas:

• Fuertes sentimientos de culpa
• Tristeza profunda, un sentimiento de que nunca conseguirás recuperar una vida satisfactoria.
• Depresión prolongada que persiste a lo largo de los meses.
• Síntomas físicos o pérdida importante de peso.
• Incapacidad de mantener las tareas rutinarias en la vida diaria o en el trabajo.
• Sentimientos de ira o rabia amenazantes para la gente que te rodea.
• Abuso de sustancias para disminuir el dolor de la pérdida. Ideas suicidas

Cada acompañamiento es único ya que las circunstancias de la muerte y la relación con la persona fallecida también lo es.

El objetivo de la terapia es el de transformar ese dolor en amor y este es un proceso que requiere del tiempo necesario para que el doliente pueda integrar y elaborar lo que ha perdido.

Siempre recordaremos a nuestro ser querido y el regalo que nos hacemos al elaborar el duelo es integrar en el corazón lo que nuestro ser querido nos dejó como aprendizaje con su vida.

Acompaño a niños, adolescentes y adultos. Mi formación y trabajo con niños y adolescentes y mi especialización en duelo me permite poder acompañar en edades tempranas.

A veces acompañando a los padres sin necesidad de que sus hijos tengan sesiones individuales y son ellos los que van ayudando a sus hijos a elaborar el duelo. Otras veces son los niños y los adolescentes los que tendrán que también recibir acompañamiento individual para poder superar su duelo.

En cualquier caso siempre hago una entrevista de acogida donde evaluar cada caso.

El espacio es de una hora semanal y la duración puede ser de seis meses a un año, dependiendo del tipo de duelo que la persona está viviendo. En el caso de que sea un duelo crónico o muy complicado puede necesitar algo más de tiempo.

El primer paso es una sesión para la entrevista de acogida y así poder decidir si se necesita o no este acompañamiento.  

En caso afirmativo continuamos con la fase de estabilización en la que enseñó a la persona a poder estar y reconocer su sintomatología para después llegar a la elaboración y transformación del dolor.

El duelo es un proceso con una cronología indeterminada, como hemos dicho, depende de cada persona, cada una tiene su propio ritmo de adaptación a la nueva realidad. La experiencia nos señala que los dos primeros años suelen ser los más duros, luego se suele experimentar un descenso progresivo del malestar emocional.

No hay dos personas iguales y tampoco hay dos duelos idénticos, cada persona siente y expresa el dolor de una manera distinta.

Algunas reacciones habituales son:

• Físicas (cansancio ,falta de energía, dolores musculares..)
• Emocionales ( tristeza, melancolía, rabia , culpa …)
• Cognitivas ( falta de concentración, preocupación, pensamientos recurrentes…)
• Conductuales ( aislamiento, llanto, desinterés por las actividades cotidianas….)