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Vacío en el alma

En ocasiones he llegado a sentir que lo que hacía no era suficiente, un dolor en el alma que te lleva al vacio del alma. Algo muy común en una sociedad que nos enseña que nunca es suficiente. 

Os quiero compartir ahora un artículo del New York Time que explica de forma muy sencilla, qué es el vacío del alma y como sanarlo.

¿Qué es un vacio en el alma? Es un deseo de conectarse con otros, un deseo de comunión, de unidad, una añoranza de darnos cuenta de quiénes somos. Es un deseo de saber que somos queridos, un deseo de identificarnos como alguien amado. Todos podemos reconocer algo de esto en nuestras vidas.

¿Cómo sanar el vacio en el alma? Todos tenemos añoranza de ser amados, de libertada, de creatividad, de alegría, pero lo que pasas es que nos fijamos en los sucedáneos que nos llevan aún más lejos de lo que en verdad queremos, más lejos del momento que puede ser la fuente de la libertad.

¿En qué nos fijamos? ¿Qué intentamos usar para remplazar la añoranza verdadera?

Puede ser que queremos ser dados el visto bueno. Puede ser que pensemos, “Si sólo recibo estos elogios y este reconocimiento, entonces yo sabré que valgo algo. Puede ser dinero, o todo lo que podemos comprar con el dinero. Si tengo esta casa, o este coche, o estar ropa de marca, entonces me aceptarán. La comida es un sucedáneo. ¿Alguna vez te has encontrado sintiéndote sólo o triste, y pensaste que la solución está en el refrigerador? Otros sucedáneos pueden ser el sexo, las drogas, o el alcohol.

A veces identificamos a esta obsesión de nuestra mente con la frase  “si sólo…” Creemos que, “Si sólo todo pudiera estar bien, entonces estaré feliz.” ¿Te suena?  “Si sólo pudiera ponerme bien de salud.” “Si solo pudiera conocer a la pareja perfecta.” O “si sólo esta pareja y yo pudiéramos salir adelante.” O, “si sólo pudiera perder veinte libras.” La lista sigue y sigue. Y al final creemos que estas cosas nos pueden poner felices.

Pero no podemos sanar el vacío del alma si estamos intentando conseguir un sucedáneo que nos gratifique. Cuando actuamos así, nos lleva más y más lejos de momento, y sólo en el momento podemos encontrar lo que de verdad queremos. Sólo al estar en el presente podemos sentirnos vivos, queridos, entendidos, y liberados.

¿Cómo podemos dejar de perseguir sucedáneos y volver al presente? El primer paso es identificar cuando estamos intentando llenar el vacío en nuestras almas. Cuando notamos los pensamientos de “si sólo…” Si sólo tuviera…Si sólo pudiera ser así…Cuando notamos que nuestros pensamientos o acciones nos llevan a buscar un sucedáneo, lo mejor es hacer una pausa. Respirar. Con cuidado, reconocemos lo que está pasando. Podemos identificar el deseo detrás del pensamiento con ternura e interés. Podemos reconocer la fuerza que surge como parte de una añoranza.

Sólo al hacer una pausa y prestar más atención, nos acercamos más a la libertad. Primero, traemos conciencia a las capas de dolor y miedo dentro de nuestro ser. Si observamos el dolor y miedo, podemos encontrar la posibilidad de recuperar, experimentar más sanación, vivir con más compasión y presencia.  Puede ser que nuestras acciones sean como las de antes pero la diferencia es que estamos más presentes. Pase lo que pase, hacer una pausa nos pone en el camino de la sanación. Hacer una pausa nos ayuda a identificar nuestras necesidades pendientes. Nos ayuda a descubrir la fuente de nuestras añoranzas más profundas. Nos cura del vacío en el alma.

.- Artículo de la revista de New York Times.

Esta semana os dejo un vídeo relacionado con este artículo en nuestro espacio Mindful, “Soy suficiente”.

Espero que os guste!

 

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