Tenemos muchos escapes emocionales durante el confinamiento o durante los momentos en los que nos sentimos obligados a permanecer en un lugar o hacer algo que nos desagrada. Uno de esos escapes es la comida, también puede ser el alcohol, el tabaco u otro tipo de adicciones que nos distraigan para no sentir.

Date permiso para cambiar, sanar y conectar contigo.

Al final todo irá bien y habrás conseguido conocerte mucho mejor.

Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales.

¿Cuántas experiencias dolorosas hemos vivido?

¿Cuántas siguen estando presentes con respecto a los demás?

¿Cómo te afectan y te separan de los otros?

Estás heridas son múltiples y podemos llamarlas de muchas form; traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia.

Es importante hacernos conscientes de nuestras heridas emocionales y evitar maquillarlas, cuanto más tiempo esperemos en sanarlas, más se agravarán. Cuando estamos heridos, vivimos de forma constante situaciones que tocan nuestro dolor y hacen que nos pongamos MÚLTIPLES MÁSCARAS PARA EVITAR REVIVIR NUESTRO DOLOR.

Hay 5 etapas que necesitamos experimentar para sanar nuestras heridas emocionales.

1. ACEPTA LA HERIDA COMO PARTE DE TI MISMO

Aceptar la herida significa mirarla, y saber que tener situaciones que resolver forma parte de la experiencia de SER HUMANO.

No somos mejores, ni peores porque algo nos hace daño. Tener una coraza de protección es lo único que pudiste hacer para poder seguir adelante, pero que ya ha cumplido su función. Es decir te protegió de los ambientes que te dañaron pero, una vez que la herida está abierta y la puedes ver, es momento de PENSAR EN SANARLA.

 

1. ACEPTA EL HECHO DE QUE LO QUE TEMES O REPROCHAS TE LO HACES A TI MISMO Y A  LOS DEMÁS.

La voluntad y la decisión de sobreponernos a nuestras heridas es el primer paso hacia la paciencia, la compasión y la comprensión hacia nosotros mismos.

 

Estas cualidades que desarrollarás para ti mismo, irás desarrollándolas con los demás, lo que alimentará tu bienestar.

A veces no nos damos cuenta de que ponemos nuestras expectativas vitales en los demás, esperando que suplan nuestras carencias y que colmen nuestras esperanzas.

¿Cuáles son tus carencias?

¿Cuáles son tus esperanzas?

Una carencia sería creer que no eres capaz de conseguir algo sólo y que necesitas de toda la ayuda de los demás para avanzar.

La esperanza sería saber que al poner en marchar tus recursos todo lo demás te será dado.

 

1. DATE PERMISO PARA ENFADARTE CON AQUELLOS QUE ALIMENTARON ESA HERIDA

Es posible que debido al rechazo que experimentaste en tu infancia o en la adolescencia o de una pareja, hayas dejado de quererte, hasta que te das cuenta que esa herida fue provocada por agentes externos, expresar tu enfado y tu dolor a través de una carta, como si la estuvieras dedicando a esa persona, te ayudará a colocar tus sentimientos y devolver el amor que necesitas.

Es importante devolverte el amor que te fue arrebatado por esas heridas, los demás nunca te podrán quitar la aceptación, la compresión y el cariño que tu puedes darte y ser capaz de acompañarte y estar contigo sin salir corriendo ni huir de tus sentimientos, te hará más fuerte y capaz para reconocer aquellas personas con las que no deseas compartir tu vida, poniendo el foco en el amor que deseas atraer.

Lo importante es llevar el foco hacia ti y aunque hayas vivido rechazo, abandono o traición, no seas tú el que también te abandona, te rechaza o te traiciona.

 

Cuánto más nos hayan dañando y más profundas sean nuestras heridas, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia las personas que nos perjudicaron.

Date permiso para enfadarte con ellos y perdónate a ti mismo para llegar también a poder liberarte de esa carga y perdonarlos.

Sentirse culpable dificulta el perdón, pero liberarnos de esa culpa y del rencor es la única forma de sanar nuestras heridas. 

También es necesario perdonar, pues debemos aceptar que las personas que hieren es probable que lleven dentro un profundo dolor. Nosotros mismos dañamos a los demás con las máscaras que nos ponemos para proteger nuestras heridas.

 

1. NINGUNA TRANSFORMACIÓN ES POSIBLE SI NO ACEPTAMOS NUESTRAS HERIDAS EMOCIONALES.

Estas heridas te van a enseñar algo, aunque es posible que te cueste aceptarlo porque nuestro ego crea una barrera de protección bastante eficaz para ocultar nuestros problemas.

Lo cierto es que el ego cree y quiere tomar el camino más fácil, pero en realidad nos complica la vida. SON NUESTROS PENSAMIENTOS, REFLEXIONES Y ACTUACIONES los que nos la simplifican, aunque nos parezca demasiado complicado por el esfuerzo que requiere.      AL TAPAR LA HERIDA DEJAMOS DE SER NOSOTROS MISMOS.

 

1. DATE TIEMPO PARA OBSERVAR CÓMO TE HAS APEGADO A TU HERIDA.

Lo ideal es deshacernos de estas máscaras cuanto antes, sin juzgarnos, ni criticarnos, pues esto nos permitirá identificar cómo debemos tratar nuestras heridas para sanarlas.  

¡TU GUÍA SERÁ EL BIENESTAR Y LA PAZ INTERIOR QUE SIENTAS AL DEJAR IR!