El miedo es una emoción primaria que todos tenemos y forma parte de nuestra supervivencia. Existen diferentes tipos de miedo que en muchas ocasiones están interactuando en nuestra vida, casi sin darnos cuenta.

El miedo a la pérdida de un ser querido, al fracaso, al futuro, al cambio, a la crítica, pero hay un miedo que afecta y condiciona las relaciones afectivas y ese es el miedo a la soledad.

El miedo a la soledad puede ser el detonante que nos lleve a tomar decisiones equivocadas en las relaciones, ya que no nos deja ver lo que es mejor para nosotros.

Este miedo se basa en: Lo que puedan decir los demás, exceso de responsabilidad, el no poder fracasar y la dependencia emocional.

1.  El miedo al que dirán provoca que muchas personas se sientan inadecuadas por no haberse casado antes, no tener hijos antes, no estar estables en una relación, no ser como los demás y creer que hay algo erróneo en ellos.

Los estereotipos de cómo es una mujer o un hombre socialmente y que se espera de ellos, según la educación que has recibido. En la mujer ser madre y formar una familia o en el hombre el miedo al compromiso.

ES IMPORTANTE RECONOCER QUE NUESTRAS DECISIONES NO SE BASEN EN UN ESTEREOTIPO SOCIAL PARA QUE SE BASEN EN LA VALORACIÓN Y EL AMOR A NOSOTROS MISMOS.

¿Puedes ser feliz si no cumples las exigencias sociales?

¿Sería feliz si cumpliera los requisitos sociales?

2. El miedo a fracasar

Al enfrentarte a una relación de pareja que no está funcionando para tomar la decisión de terminarla o reconducirla es inevitable sentir emociones intensas: ansiedad, miedo, indefensión, impotencia, rabia, arrepentimiento y culpa. Aprender a regular estas emociones y reconducirlas para conseguir nuestros objetivos y aspiraciones es muy importante.

Cuando somos excesivamente responsables o exigentes, llegamos también a la convicción, casi sin darnos cuenta, de que para que mi relación funcione yo tengo que poner todo de mi parte, hasta el punto de llegar al agotamiento y entonces cuando ya te rindes es momento de abrir los ojos y darte cuenta de que el otro también tiene que poner su energía, su tiempo y sus ganas para que la relación funcione.

Cuando nos atribuimos toda la responsabilidad en la relación, no somos capaces de ver la situación con claridad, y nos confundiremos al valorar hasta donde alcanza nuestra capacidad para cambiar la relación.

“Si hubiera sabido que esto iba a pasar, tendría que haber sido capaz de hacer que la relación funcionara” son pensamientos que se asocian con este estilo auto exigente de afrontar los acontecimientos.

En la pareja es imposible que uno pueda llevar toda la responsabilidad, la pareja es equilibrio, cada uno mantiene el suyo, pero se afectan mutuamente.

3. El miedo al abandono

El miedo a la soledad está muy relacionado con el estilo de apego en la infancia. Si no has recibido un apego seguro es muy probable que en la base de tu relación aparezca el miedo al abandono.

Los rasgos de personalidad unidas a las creencias erróneas adquiridas a lo largo de la vida, hacen que una persona se pueda sentir sola, abandonada o desamparada.

Para evitar sentir estas sensaciones, tiende a crear vínculos impulsivos. Eligiendo una pareja para acallar ese temor a la soledad o al abandono, y se mantiene en los momentos de crisis por no estar solo.

Esto genera una pareja que no consigue mejorar sus dificultades emocionales, como la baja autoestima, que hace que nazca la dependencia emocional en lugar de ser una pareja que crece interiormente sumando ambos para el crecimiento y el desarrollo personal.

CREENCIAS ERRÓNEAS QUE SE REPITEN EN BASE AL MIEDO

Pensamientos catastrofistas: “Nadie me va a querer como soy, es mejor quedarme con lo que tengo”. “Seguro que cualquier otra persona es peor que la pareja que tengo, tengo que conformarme y dar gracias”

Creencias absolutas de todo o nada “Estar solo o sola significa que nadie me quiere y que no valgo nada”

Pensamientos relacionados con la auto exigencia “Si la relación no ha ido bien, hay algo que he hecho mal”. “Voy  a destrozar la vida a mis hijos”.

Creencias anticipatorias “No sabré estar sola o solo”. “No sabré que hacer”.

Si nos quedamos en el miedo a la soledad  y no afrontamos la situación o el malestar en la pareja, podríamos:

–          renunciar a la posibilidad de una relación más satisfactoria.

–          poner a los hijos en primer lugar, pero paradójicamente ellos pueden sufrir más en una relación insatisfactoria.

–          asumimos que estar en pareja es la única forma de estar feliz, y perdemos la oportunidad de descubrirnos en la independencia y el autoconocimiento.

Atreverse a superar el dolor del rechazo y el miedo a la soledad es el primer impulso hacia la felicidad, la madurez emocional y el bienestar.

El miedo a no ser querido, a no ser amado, a quedarnos solos o a ser rechazados nos lleva al auto rechazo, a la negación de nuestros dones y a negar nuestra verdadera esencia. ¿Te acuerdas cuando eras niño? Recuerdas como te comportabas, si eras tímido, extrovertido, amable, enfadica, rebelde sin causa, divertido, soñador, observador, mimoso, todo eso y más es tu esencia. El miedo más grande con el que crecemos es el miedo a ser nosotros mismos, como decía Nelson Mandela:

“Aprendí que el coraje no era la ausencia del miedo, sino el triunfo sobre él.

El valiente no es el que no siente miedo, sino el que vence ese temor”

 

Vencer el miedo es la clave de toda maduración personal y la base de la felicidad. Si no puedes acoger y abrazar tus propios miedos en un principio, debido al patrón de infancia, busca un acompañamiento temporal que te lleve a empoderarte, a ser más fuerte y conectar con la valentía suficiente para atravesarlo y darte cuenta que aceptándolo te conviertes en una nueva persona con más fuerza, más autoestima y sobre todo más capaz de permitir tu vulnerabilidad, sin sentirte inadecuado o no apto para formar parte del mundo. Cuando nos permitimos dejar salir nuestras partes más ocultas, crece en nosotros el amor, la humildad, la fortaleza y la capacidad de superación innata en todo ser humano.

Si lo deseas puedes recibir acompañamiento contactando por email para comenzar el camino hacia la libertada emocional y la conexión con el amor. Atravesar nuestros miedos nos fortalece y nos hace ser mejores personas porque nos devuelve al amor esencial de donde venimos.